“A mí me apetece siempre y a mi pareja nunca”. “Creo que ya no me desea”. “Eso ya lo hemos perdido”. “Ya no mantenemos relaciones”.
Estas frases y otras muy parecidas las hemos escuchado en muchas ocasiones en nuestro despacho. Son cuestiones relativas al deseo sexual existente en una pareja evaluadas a través del acto sexual. En anteriores post vimos que la sexualidad humana abarca multitud de conceptos: sexo, erotismo, placer, intimidad… Sin embargo el deseo o la frecuencia y calidad del mismo son a menudo utilizados como indicadores de la buena marcha de nuestra relación de pareja.
Una vez que almenos uno de los miembros de la pareja consideran que la frecuencia o calidad de sus encuentros sexuales no se ajusta a los criterios que ellos consideran normales se activan las alarmas y se adoptan dos tipos de estrategia:
- Algunos optan por la resignación, actitud que acompaña pensamientos de tipo “es lo normal”, “ es lo que suele ocurrir”.
- Otros buscan algún tipo de solución que va desde la queja hasta un análisis más o menos pormenorizado de las causas que han podido llevar a esta situación. El fin es encontrar algún fallo que pueda ser revertido.
Estas cuestiones del tipo “a mí me apetece y a mi pareja no”, “yo lo intento pero mi pareja no quiere”, “estoy harto/a de que me diga que no” aparecen con relativa frecuencia en las terapias de pareja que hemos llevado a cabo en Psicologodemadrid.
“El sexo con mi pareja no es bueno”. “Cada vez lo hacemos menos”. “Mi pareja ya no me pone”. Son frases que escuchamos en terapia.
En algunas ocasiones es el motivo principal por el que se acude a consulta, en otras ocasiones es un motivo más, en otras aparece tras varias sesiones cuando primeramente la pareja no consideraba que fuera el aspecto más relevante.
Hemos constatado que esta demanda se distribuye prácticamente por igual entre parejas constituidas por personas de sexo diferente como del mismo sexo. Igualmente es una demanda que nos encontramos entre parejas de personas jóvenes o de edad más avanzada si bien es cierto que a rasgos generales en parejas jóvenes este asunto es percibido por los pacientes como más importante y de mayor gravedad y esta percepción de importancia capital se va diluyendo a medida que las parejas son de mayor edad; no obstante, existen excepciones.
Y ya que hablamos de deseo, quisiéramos aclarar dos cuestiones:
- No nos parece adecuado establecer una medida tipo de deseo (en intensidad y frecuencia) que una persona debe sentir y creemos que un grave error intentar establecer una medida en ese sentido y no digamos ya el intentar establecer un numero de encuentros sexuales que se considere “normal”, cuestión que se nos pregunta muy a menudo tanto en el ámbito de terapia “¿Cuánto es lo normal’”, como a través de mensajes en redes sociales o incluso preguntado por amigos y conocidos , siempre respondemos lo mismo, no hay, no existe y rechazo cualquier tipo de medida en ese sentido, nosotros atendemos la demanda que una pareja nos pueda plantear en este sentido, pero huimos de establecer números y frecuencias.
- Otra creencia muy extendida y que también vemos a menudo en terapia, es la que hace referencia a que el deseo se activa más veces y en mayor intensidad en hombres que en mujeres. Este comentaro no debe ser tenido en cuenta en “crudo” sin antes contemplar las causas que pueden estar explicandolo. Lo abordaremos en un futuro post.
Llegados a este punto: ¿Qué es ‘deseo’?
El deseo sexual depende de multitud de factores fisiológicos:
- el nivel de testosterona,
- el estado de salud,
- la fatiga,
- la ingesta de ciertos medicamentos,
- la experiencia sexual (si es satisfactorio los deseos sexuales serán más explícitos),
- la habituación (menor deseo y excitación ante rutinas en la actividad sexual y la repetición de los mismo estímulos),
El deseo sexual se ve también muy influido por factores emocionales (estar deprimido o tener ansiedad). Y por supuesto no nos podemos olvidar de los factores afectivos (estar enamorado, sentir hostilidad hacia la pareja, tener dudas).
El conjunto de los factores fisiológicos, emocionales y afectivos forman una red interacciones tan complejas que en muchas ocasiones no es fácil determinar la causa del nivel de deseo sexual que podamos tener.
Estos aspectos son evaluados en terapia de pareja y consultas de sexología para ambos miembros en demandas relativas al deseo. Por lo general si el nivel de deseo es diferente entre los miembros de la pareja los factores que constituyen el deseo serán percibidos de diferente manera.
Por ejemplo uno puede declararse enamorado de su pareja mientras que el otro no (por lo que ya encontraríamos diferencias en el componente afectivo del deseo que afectan al deseo global) o podemos encontrar que uno de los miembros percibe sus relaciones como algo monótono y aburrido mientras que el otro no, (incidiría directamente en el grado de excitación).
Es normal encontrar diferentes niveles de deseo en los miembros de la pareja sin que suponga un problema.
Sin embargo cuando un miembro de la pareja manifiesta tener un problema en ese sentido escuchamos a ambos y analizamos las posibles causas que pueden ser múltiples. Una vez analizadas las causas resulta más fácil encontrar soluciones.
En algunos casos se puede deber a que la persona afectada otorga al sexo una importancia desmedida. Pero ¿Por qué? La sociedad mediática otorga una gran importancia al sexo y a la ‘potencia sexual’. Además, en numerosas ocasiones, existen creencias irracionales como: “el sexo es algo absolutamente fundamental en la pareja”, o “si no me encuentro plenamente satisfecho en materia sexual no puedo seguir con ello”.
En cualquier caso, una vez detectado el problema respecto al deseo sexual en pareja, se recomienda acudir a un especialista.
Nuestro terapeuta de pareja y sexólogo Gonzalo Notario te ayudará a recuperar el deseo en tu relación de pareja.
Si estás decidido/a a apostar por tu relación de pareja pide cita ya en Psicologodemadrid en el 628592192.
Las imágenes de este post son de Sara Herranz.