El periodo de adaptación escolar es para muchos niños (y padres) algo terrible.

Llega Septiembre, primer mes del curso escolar con su periodo de adaptación y con él un sinfín de dramas y desgracias para los más pequeños (y sus padres). Después de unas largas vacaciones donde el juego, la diversión y los horarios flexibles han dominado los días, toca volver o ¡peor aún! empezar el cole, la escuela infantil o la casa de niños.

Sobre todo para los más pequeños, los que no han ido nunca, el periodo de adaptación puede ser realmente una tortura. Y aunque los padres, con muy buen criterio y toda la mejor intención les decimos frases del tipo:

‘¡Verás que bien te lo vas a pasar!’, ‘¡Vas a conocer un montón de amiguitos!’, ¡Ya me gustaría a mi volver al cole/guarde/escuelita …!’

Es muy probable que los niños piensen (los que tienen edad de pensar… que algunos son tan pequeños que ni eso): ‘Con lo bien que estoy yo en mi casa (mi zona de seguridad), con mis juguetes (chupados sólo por mi), sin amigos cafres que me los roben, con mis papás (esos superhéroes que me quieren tanto) y no con gente desconocida…’

El periodo de adaptacion puede resultar muy duro tanto para los niños como para los padres. En psicologodemadrid te damos trucos para superarlo

En los centros educativos cada vez están más sensibilizados con el periodo de adaptación.

En las escuelas infantiles y los colegios cada vez están más sensibilizados y se intenta hacer el periodo de adaptación lo más adaptado (valga la redundancia) posible a las necesidades de los niños (que no de los padres).

Y esto supone el primer handicap: un periodo de adaptación de un mes, por ejemplo, es estupendo para el niño, pero pocos padres pueden permitirse cumplirlo. ¿En qué trabajo te permiten salir dos veces a lo largo de la mañana a llevar y recoger al niño? Por lo que muchas veces se encargan los abuelos o las cuidadoras de llevarles y traerles.

Y decimos que el periodo de adaptación es para los niños, para que no sufran. Pero hay muchos padres que también lo pasan mal. Dejar al retoño durante unas horas en un lugar desconocido y en manos de un extraño no es tarea fácil.

Os dejamos algunos ‘trucos’ para intentar que el periodo de adaptación sea más llevadero (para todos):

Preparación previa:

  1. Muestrate seguro/a y tranquilo/a. Si tu peque siente tranquilidad y seguridad en el ambiente será más fácil que sus miedos se apaciguen.
  2. Cuéntale que has ido a ver el centro y has conocido a su profe, le dará seguridad saber que para tí no es un lugar desconocido.
  3. Explícale lo que se va a encontrar a grandes rasgos con frases sencillas que pueda entender y que le den seguridad: vas a estar en una clase muy bonita, tu profe (repetirle el nombre) va a estar siempre en la clase, también va a haber otros niños, hay muchos juguetes….
  4. Evita repetirle lo bien que se lo va a pasar, la envidia que te da y lo simpáticos que van a ser sus amigos… Eso lo irá descubriendo a lo largo del periodo de adaptación (que para eso está, entre otras cosas)
  5. Deja muy claro que vas a volver a buscarle. A la escuela se va unas horas pero SIEMPRE se vuelve a casa. Es MUY importante que los peques sepan quién va a ir a buscarle (te llevo yo pero luego te recoje la abuela…) y cuándo (en un par de horas, cuando vuelvas del patio, etc.)

Miedo es lo que algunos niños sienten en su primer día de cole: miedo a lo desconocido y a separarse de sus figuras de apego. Por eso existe el periodo de adaptacion

Empezamos el periodo de adaptación:

  1. Despiertale con tiempo suficiente. Es preferible que sobre tiempo, que podáis hacer las cosas con calma para que estéis todos más tranquilos
  2. Si se siente mejor llevándose su juguete preferido, permíteselo, le da seguridad. Si no estás tú, el muñeco le proteje.
  3. Una vez en la puerta despídete tranquila. Usa frases tipo ‘Mira esta/e es tu profe, ¿ves? vas a estar con ella y en un ratito viene mamá (o quien sea) a buscarte’.
  4. Intenta no alargar demasiado la despedida. Recuerdale las veces que necesite que vas a volver (tú o quien sea).
  5. Si llora o está triste legitima su emoción: ‘entiendo que te asuste’, ‘se que te resulta difícil’, ‘estoy orgullosa de ti’, ‘a mi también me daba un poco de miedo al principio’… Si a su llanto respondes con ‘verás que te lo vas a pasar bien’ es posible que se sienta peor.

Y para terminar:

Una vez superado el primer día (o más bien rato) ve a recogerle con una sonrisa e intenta responder a sus necesidades emocionales.

Ten paciencia extra durante el periodo de adaptación… es posible que experimente regresiones totalmente normales que pasarán en el momento que se adapte a la nueva rutina. Si demanda más vuestra atención, está más inquieto, duerme o come peor… ¡paciencia! Volverá a la normalidad cuando su periodo de adaptación (el suyo, el que su propio desarrollo necesita, no el que marca el centro) finalice.

Esperamos que este post te haya servido de ayuda, y ya sabes, si tienes dudas te respondemos encantados en info@psicologodemadrid.org

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