Algunos trucos para calmar a un bebé en consulta.
Si eres profesional sanitario (pediatra, enfermero/a, fisioterapeuta, ostéopata, etc.) y tratas bebés seguro que algunos trucos para calmarles te vienen bien. Una exploración o intervención con un bebé inquieto o que llora no es igual de efectiva que si el bebé está tranquilo.
En primer lugar es importante no dejar que el bebé llegue al punto de llanto desconsolado, pues será mucho más difícil calmarle.
Es recomendable que la madre o quien haya llevado al bebé a la consulta esté cerca, una cara conocida siempre resulta más amigable que una cara desconocida. Si la mamá o quien haya acompañado está tranquila, podemos pedirle que calme al bebé en el momento que se ponga nervioso. Podemos preguntarle también qué preferencias tiene el bebé para calmarse (chupete, un peluche, una determinada postura…)
Cuando atendemos bebés o niños es fundamental que demostremos tranquilidad y seguridad en nosotros mismos. Los bebés y los niños captan rápidamente las emociones y se contagian de ellas, son “catalizadores” emocionales, por lo que si estamos nerviosos o inseguros, es muy probable que ellos lo perciban y se pongan nerviosos y/o lloren.
Antes de coger a un bebé respira hondo e intenta estar lo más tranquilo/a posible.
Algunos trucos para calmar al bebé utilizando los cinco sentidos:
–Gusto: si el bebé toma pecho podemos pedirle a la madre que le amamante, o que le de biberón. Si usa chupete también es buena opción.
–Tacto: los bebés son muy sensibles al tacto, si tienes que manipularle se cuidadoso, calienta tus manos para no sobresaltarle. Pide siempre permiso antes de tocarle, utiliza caricias suaves y tacto firme. Explica a la mamá lo que le vas a hacer a su bebé para que pueda estar tranquila y contribuya a tranquilizar al bebé. Un truco que suele funcionar es acariciarles con el pulgar desde la base de la nariz hacia arriba, hasta el nacimiento del pelo de forma repetida y serena. También suele funcionar ponerles la mano en el pecho.
–Olfato: los bebés son muy sensibles a los olores, no les gustan los perfumes ni los olores intensos. La lavanda sin embargo les relaja mucho, puedes tener una vela, incienso o aceite esencial de lavanda en la consulta, o ponerte unas gotitas en las muñecas antes de manipularle, yo personalmente uso un preparado de lavanda de Gabinete Flor de Loto.
–Oído: a los bebés no les gustan los ruidos fuertes, se sobresaltan con facilidad. Utiliza un tono de voz suave y pausado para dirigirte a él o a su madre / acompañante. Un buen truco es que cantes alguna nana o canción infantil o que tengas preparada alguna cación específica para bebé. A mi personalmente me gusta mucho (relajan bastante) esta música para amamantar, también les relaja mucho el sonido del agua cayendo.
–Vista: Una sonrisa es el mejor tranquilizador visual para un bebé. Intenta sonreir en todo momento. Evita ropa o complementos de colores chillones, el bebé se relajan mejor con colores pastel, suaves. Puedes tener algún peluche preparado para enseñárselo.
Estos trucos suelen ser efectivos pero hay ocasiones en que el bebé se pone muy nervioso y no es posible llevar a cabo la intevención. Si es posible es mejor aplazarla para otro momento que el bebé esté más relajado y la intervención pueda ser más provechosa, tanto el bebé como la mamá lo agradecerán.
Imágenes: Almudena Gil. Gracias por la colaboración!