Como bien dice el maestro Yoda en la saga Star Wars, el lado oscuro existe y está presente en cada uno de nosotros.
De cada uno de nosotros depende cómo nos relacionemos con él. Pero ¿Qué es eso del lado oscuro?
Desde la psicología se puede entender el lado oscuro de dos formas: bien como esos sentimientos ‘negativos’ que son la ira, la rabia, la agresividad… y que nos pueden llevar a hacer daño a los demas y\o a nosotros mismos o bien como el subconsciente.
En el caso de la agresividad o la ira, por ejemplo, es fundamental aprender a manejarlas de una forma sana.
Es necesario comprender y asumir que son sentimientos que forman parte de cada uno de nosotros y que tanto por exceso como por defecto pueden ser altamente perjudiciales para nosotros y para los que nos rodean. En numerosas ocasiones podemos dañarnos a nosotros mismos (autoagresión) o a los demás (eteroagresión) sin nisiquiera darnos cuenta.
Porque la eteroagresividad no se manifiesta únicamente de forma física hacia el otro (un empujón, un puñetazo, etc.) si no también a nivel emocional, bajo forma de chantaje, de omisión de cariño, de castigo…
En el caso de la autoagresividad, además del daño físico evidente que podamos hacernos a nosotros mismos: morderse las uñas, arrancarse el pelo, hacerse cortes, está el daño físico menos evidente: darse atracones, no comer, consumir sustancias tóxicas… y a nivel emocional puede aparecer sentimiento de culpa, omisión de deseo, mal humor, etc.
Ajustar nuestros sentimientos no es tarea fácil, poder permitirnos sentir ira, manejar la agresividad o tolerar la frustración puede resultar muy complejo. La inestabilidad emocional repercute en todos los ámbitos del día a día: familiar, laboral, social… resultando altamente disfuncional.

Un psicólogo te ayudará a reconocer y manejar las emociones de forma sana para poder lograr la estabilidad emocional y evitar sintomatología.
Retomando la idea del lado oscuro, comentábamos al principio que podía entenderseo también como el subconsciente.
¿Y qué es eso del subconsciente? Es la forma en que S. Freud llamó a una parte de nuestra mente ligada a las experiencias y/o traumas infantiles. No somos conscientes de esta parte de nuestro cerebro, y se manifiesta a través de los sueños o de los actos fallidos. Tiene que ver también con las somatizaciones, es decir, los síntomas físicos ligados a dificultades emocionales. Además el subconsiente es un gran procesador de información que nos ayuda a tomar decisiones.
Aunque el subconsciente puede resultar enormemente útil en el día a día como procesador de información, también es el lugar donde se almacenan los traumas y/o experiencias infantiles que pueden llegar a originar sintomatología en la vida adulta.
Un psicólogo de orientación psicodinámica o psicoanalista te ayudará a tomar conciencia de esa parte inconsciente, a encontrar el origen de tu malestar o de tus síntomas para que puedas alcanzar tu propia estabilidad emocional y por lo tanto una reconfortante sensación de bienestar.