Una relación de pareja puede romperse o finalizar por múltiples razones, pero normalmente, sea como sea, las dos partes sufren.
Habitualmente las dos personas se quedan con una extraña sensación de vacío y desorientación. Toca reescribir la historia, reemprender el camino, de la mano de otra persona o en solitario, pero en cualquier caso, una ruptura de pareja implica sufrimiento y cambios.
Puede parecer que el dolor no pasará nunca, y que su intensidad no disminuirá, pero la realidad es que está en tu mano sanar la herida, elaborar el duelo y seguir adelante o quedarte estancado/a en el sufrimiento por la pérdida.
A continuación amplío, en base a la experiencia clínica y a diversos estudios, el ‘decálogo para un corazón roto’ que propone Victoria Cadarso:
– Piensa que tienes la capacidad de elegir si quedarte en la pena o si quieres buscar una solución para favorecer tu crecimiento personal y aprender de la experiencia vivida. De todo se puede sacar algo positivo, por muy difícil que cueste de creer en momentos de tando dolor. Tú y sólo tú tienes las riendas de tu vida, elige si quieres tomarlas o quedarte a la deriva.
– Aprende a aceptar la realidad tal cual es aquí y ahora: tu relación se acabó. Vive el presente sin que el pasado te atrape. ¿Quién sabe lo que te deparará el futuro? Sin duda tienes muchos recuerdos de tu relación pasada, y es normal que al principio te asalten incluso en sueños imágenes con tu pareja, que haya muchos objetos, canciones, lugares etc. que te recuerden a él/ella. Sin embargo poco a poco, si los dejas ir, cada vez serán menos, más espaciados y menos dolorosos.
– Elabora el duelo, afronta la situación, permítete sufrir hasta que asimiles tu nuevo estado y cuando estés listo/a deja que el dolor se vaya y deje paso a tu nuevo camino, ya sea en soledad o acompañado/a. Es importante permitirse un tiempo y un espacio prudencial de tristeza y llanto, las lágrimas permiten exteriorizar el dolor, dejar que salga y que deje espacio a nuevos sentimientos más serenos. Busca tu tiempo óptimo, escúchate con atención y atiende las señales que te da tu cuerpo y tu corazón.
– Comprende y perdona a la otra persona. Por mucho daño que sientas que te ha hecho o que tú has hecho, para sanar tus heridas es necesario dejar de culpar (al otro y a ti mismo/a), acepta que no puedo ser. Se consciente de que en una relación la responsabilidad de lo bueno y de lo malo es compartida, si quieres hablar de fracaso, habla del fracaso de la relación, no tuyo ni de tu pareja. Asume tu parte de responsabilidad y aprende de ello.
– Ábrete a nuevas relaciones, permítete conocer gente nueva que comparta tus intereses o aficiones, serán como un soplo de aire fresco. Si pasas mucho tiempo con amistades que teníais en común, te será más difícil dejar de pensar en él/ella. Cuando estés listo/a para retomar esas amistades, lo sabrás y podrás hacerlo con una actitud mucho más serana.
– Cuídate por dentro y por fuera, dedícate tiempo a ti mismo/a, haz deporte, cuida tu alimentación, permítete algún capricho
que llevabas tiempo deseando. Si te ves bien por fuera, te sentirás mejor por dentro y te ayudará a reemprender el camino. Trucos básicos de autoestima que todos utilizamos en esos días grises… No se trata de sobreactuar, ni de adoptar una actitud que no sientes, no aparentes estar feliz si en realidad estás triste… simplemente intenta sonreir por pequeñas cosas, es un gran paso aunque no lo parezca. A veces un toque de maquillaje o esa camisa que te sienta tan bien pueden hacer milagros.
– Cuando la pena (y tu esfuerzo) hayan dejado espacio a la reflexión, aprende de lo vivido, usa la experiencia como fuente de aprendizaje y de crecimiento personal. Con un poco de distancia emocional que la pena no te permitía, es el momento de analizar y de entender determinadas actitudes, decisiones, dinámicas relacionales que pueden haber sido determinantes para la ruptura de pareja. Nútrete de tu propia experiencia, la autocrítica y la introspección son herramientas muy útiles si se utilizan en su justa medida.
– Y por último, ligado con el punto anterior, toma conciencia de lo que no viste en su momento, posibles señales que en ocasiones futuras te pongan en alerta para no cometer los mismos errores, para que no se repita la misma historia con otra persona. Si sales de una relación que te ha provocado sufrimiento, lo ideal sería que el aprendizaje evitara que ‘tropieces dos veces en la misma piedra’.
Si a pesar de estos pequeños trucos te cuesta salir adelante, o simplemente quieres que un profesional te acompañe en tu proceso de fortalecimiento y cambio, pide cita sin compromiso y un psicólogo especializado te atenderá en Madrid.