¿Cuál es el ámbito de aplicación de la sexología? ¿Hablamos solo de sexualidad, sexualidad y afectos, sexualidad y relaciones…? ¿Hablamos solo de sexo?
No, no hablamos solo de sexo, esa es una pequeña parcela del ámbito de estudio de la sexología y de la sexualidad humana. Incluye más, mucho más, ¿pero hasta dónde?, ¿Qué más abarca la sexualidad humana y que más cosas debe estudiar la sexología además del sexo?
Está muy extendido y gran parte de autores hablan de la dupla afectos-sexualidad, ya que difícilmente se pueden trabajar la sexualidad dejando de lado las construcciones afectivas de la persona. Dentro de estos podríamos encontrar aquellos afectos de mayor carácter social como puedan ser el apego, la amistad o la red de cuidados o bien aquellos afectos que poseen mayor proximidad (si es posible) a la sexualidad, que recibirían el nombre de afectos sexuales y vendrían representados por el deseo, la atracción y el enamoramiento.
Sexualidad y relaciones están intrínsecamente muy ligadas, sin duda, puede parecer grotescamente redundante, porque ya sean relaciones con uno mismo o terceros, la sexualidad necesita de una vía relacional para su manifestación, incluso si hablamos de una sexualidad que apenas se manifieste, sublimada, y sin cariz relacional (como comentábamos anteriormente, o bien con uno mismo o con terceros) seguiríamos hablando de la estrecha relación existente entre sexualidad y relaciones.
La Organización Mundial de la Salud define la sexualidad como un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida.
Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.
Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.
Es difícil y a nosotros, psicólogos y sexólogos, nos cuesta enmarcar la sexualidad, definirla, acotarla, establecer qué es sexualidad y que no le es. Probablemente y no sin razón, usted está leyendo las primeras líneas de unos tipos que se remarcan como expertos en un tema, SEXOLOGÍA y que en la cuarta línea se manifiesta incapaces de definir el campo en el que pretenden hablar tan y tan alto y hacer tanto y tanto ruido.
Ciertamente puede parecer desalentador, para usted y quizás para nosotros psicólogos en un principio lo fue, pero lo cierto es que remarcar qué es sexología, qué es sexualidad, y qué está dentro de su ámbito de estudio y qué no, se antoja complicado, y desde mi punto de vista, cada día estoy más seguro de que no sirve de nada intentar dar respuesta a esa cuestión. Si es usted uno de los pocos que no ha decidido dejar de perder su tiempo leyendo, le explicaré el por qué de mi afirmación:
Absolutamente todo es sensible de ser tenido en cuanta como objeto de estudio dentro del marco de la sexualidad.
¿Es difícil creerlo?, eh aquí un pensamiento que quizás ayude a comprender esta idea. Piense en zonas erógenas de cuerpo humano, propias o ajenas, no necesariamente desde su punto de vista, zonas del cuerpo humano erógenas que para por lo menos una persona en el mundo las consideraría como tal. Bien, ahora intente bajo los mismos criterios encontrar zonas no erógenas en el cuerpo humano; es decir, zonas que no serían erógenas para ningún ser humano en el planeta, ni en cualquier situación, ni compañía, ni determinada actitud.
Es por ello, que la sexología puede abrazar bajo su objeto de estudio infinidad de aspectos y componentes, cualquier elemento puede ser tenido en cuenta y debe ser tenido en cuenta, la sexualidad humana es tremendamente idiosincrática, de ahí los peligros de intentar acotar el objeto de estudio de la sexología y la sexualidad humana, considero que esos esfuerzos serán mucho más fructíferos si se derivan en mostrar esto, que la sexología puede estudiar todo, que la sexualidad abarca todo y que no hablamos de fronteras permeables si no que éstas muy probablemente no existan.